Cuando en 2002 el gigante japonés de las telecomunicaciones NTT West anunció que disolvía su equipo profesional de bádminton por motivos financieros, Tatsuyoshi Watanabe no cayó en el desánimo ni se preocupó por su futuro en el deporte que se había convertido en su pasión. En realidad, ocurrió todo lo contrario.
Tras dedicar siete años al NTT West, primero como jugador consumado y más tarde como entrenador, Watanabe vio en la desaparición del equipo de Osaka una oportunidad que no podía dejar pasar. De las cenizas de aquel grupo corporativo, nacieron en 2003 los Tricky Pandars, un equipo sin ánimo de lucro.
En un deporte dominado por equipos corporativos generosamente financiados, este se convirtió en un movimiento audaz y arriesgado. «No estaba nervioso [por empezar con los Tricky Pandars]», declara Watanabe, de 53 años. «Confiaba en que podría salir adelante».
Más de 20 años después de su creación, la organización continúa su próspera trayectoria. Con sede en un suburbio de Kioto, a pocos kilómetros al suroeste de los famosos templos y jardines zen de la antigua capital, los Tricky Pandars compiten en la división masculina de la S/J League, la liga japonesa más importante, en la que participan 12 equipos y que cuenta con los mejores jugadores de bádminton del país, incluido el que fuera campeón mundial durante dos años consecutivos Kento Momota.
Aunque los Tricky Pandars -llamados así por el oso panda, un animal muy querido por los japoneses- terminaron la temporada 2023-24 (solo su segunda en la Liga S/J) en undécima posición, este equipo pionero ha cosechado éxitos considerables a lo largo de los años, incluido un impresionante tercer puesto en la Liga Japonesa en 2011 tras vencer a un equipo plagado de jugadores de la selección nacional.
«Tenemos que demostrar que podemos competir y desarrollar jugadores sin depender de una empresa», afirma Watanabe.
Sin un benefactor corporativo, la organización sobrevive impartiendo clases de bádminton, alquilando las pistas de sus instalaciones y gracias al apoyo de patrocinadores como Babolat. Cuando Babolat entró en el mercado japonés en 2006, se sintió atraída por la clara determinación de Watanabe de revolucionar la escena del bádminton profesional japonés.
«Aunque Babolat cuenta con un amplio reconocimiento en Japón por su presencia en el tenis, sigue siendo una marca desconocida dentro de la comunidad del bádminton», comenta Takiko Toyama de Babolat Japón. «El hecho de que los mejores jugadores de la Liga S/J utilicen nuestras raquetas y lleven nuestras zapatillas y prendas de ropa, nos está permitiendo llegar a un público más amplio, incluidos los jugadores aficionados».
Watanabe declara que, aunque Babolat ha llegado hace relativamente poco al maduro entorno del bádminton japonés, lo ve como un colaborador natural. «Me apoyaron mucho cuando empecé a probar cosas nuevas», comenta. «No hay duda de que los jugadores son los mayores fans de Babolat».
A lo largo de los años, Watanabe ha cultivado mucho talento joven mientras transmitía a los jugadores de bádminton «el afán de victoria que yo tenía cuando era jugador». Gracias a sus esfuerzos, los Tricky Pandars consiguieron el ascenso de la S/J League II a la máxima categoría en 2022.
«Actualmente nos encontramos en un periodo de transición mientras se reforma la liga», afirma Watanabe, «y estamos considerando cómo posicionarnos para el futuro».
Sea lo que sea lo que depare el futuro al equipo de Kioto, Babolat siempre estará deseando formar parte de él. «Nos gustaría seguir apoyando a los Tricky Pandars, para que puedan alcanzar un lugar destacado en la liga», afirma Takiko Toyama. «Y esperamos trabajar juntos para transmitir nuestro entusiasmo por el bádminton al mayor número de personas posible».
Mientras Watanabe y sus siete jugadores se preparan para los retos de una nueva temporada de bádminton de alto nivel más adelante este mismo año, sus logros en un entorno altamente competitivo son difíciles de ignorar. «Somos una organización que no se rige por las convenciones», afirma Watanabe, «y estamos orgullosos de dirigir nuestro propio negocio enfrentándonos a otros equipos grandes y bien financiados».
Si esto se convierte en una receta para conseguir éxitos aún mayores, es evidente que se avecinan tiempos emocionantes tanto para los Tricky Pandars como para todo el bádminton japonés.
Los jugadores profesionales del Equipo Babolat pueden jugar con un modelo personalizado diferente al equipamiento que aquí se representa.